domingo, 7 de diciembre de 2008

ZIGGY EN TODAS PARTES

Un caluroso día de agosto del 72, en un café londinense, escuché una canción que sonaba en la radio que me puso en la pista de algo grande. La canción se llamaba Starman y hablaba de un tipo de las estrellas que quería venir para salvar al mundo (el de los mortales). Pensé, falta hace. Qué canción más cojonuda.
Llamé al Top Of The Pop’s de la BBC y me hablaron de un tal Bowie. Me costó cierto trabajo conseguir el disco, pero finalmente me hice con él. El título prometía: The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars. Casi nada.
Corrí a mi cueva. Posé la aguja sobre el borde del disco y al momento comenzó a sonar una batería extraña, como de juguete. Era un tema titulado Five Years (años más tarde las sibilas convertiríamos esta canción en un cuento y la ilustraríamos para una publicación). Bowie contaba como un tipo se abría paso en la plaza del mercado conmocionado por la noticia que acababa de conocer: el mundo se acababa en cinco años (el de los mortales, el de los mortales).
Para cuando sonaba la última canción del disco, la inolvidable Rock And Roll Suicide, yo ya estaba convertida a la doctrina del dios Bowie.
Unos meses después estaba en la cola del Hammersmith Odeon para vivir ese concierto final de la gira. Llevaba mi abrigo de pelos imposible y me había emborronado la cara con maquillaje del malo. Una enorme cola humana de múltiples colores daba la vuelta a la manzana. Vi como Angie (la mujer de Bowie en aquella época, la de la canción de los Rolling) salía por la puerta de atrás.
Más tarde, dentro, recibí uno de los reveses más duros de aquellos años. Bowie anunció que Los Spiders From Mars se disolvían y que Ziggy abandonaba su cruzada. Aquel sería el último concierto que darían encarnados como tales personajes. Y lo anunciaba así, en directo; sin anestesia.
A lo largo de cuarenta años he seguido a Bowie en sus giras, he comprado sus discos y no hecho otra cosa sino aumentar mi admiración por su música.
A Bowie tenemos mucho que agradecerle los aficionad@s a esos sonidos denominados genéricamente rock y pop.
La discografía de Bowie puede abordarse prácticamente por cualquier punto y disfrutar de grandes canciones. Incluso sus últimos discos, al contrario que la mayoría de los dinosaurios del pop y del rock, denotan compromiso, muestran dignidad y guardan siempre alguna perla que otra.
Sin embargo, recuerdo aquella etapa glam con especial simpatía. Como algo único e irrepetible. En el Londres de aquellos días se propagó la sensación de que todo era posible, de que podías ser quien quisieras ser. De que era carnaval todo el año.
Cierto es que algunas de aquellas pintas eran realmente horribles y ridículas, y más si las juzgamos desde el presente (con lo injusta que es la distancia), pero en general era divertido ver como cada uno había improvisado su otro yo, tal vez ése que realmente le hubiera gustado ser de haber podido elegir. En ocasiones, ir así vestido te hacía sentir la prota de un cuento fantástico. Y si no, al menos le dabas un festín a tus sentidos.
También es cierto que la música, amigas mías, tan excitante, maravillosa e irrepetible, ayudaba de forma definitiva. Si cerrabas los ojos, podías sentirte en otro mundo. En uno lleno de glamour y color…
Para los que no lo sepan glam es el apócope de glamour y con él se bautizó a este periodo de la historia del rock tan folletinesco, cuyo apogeo duró cuatro o cinco años en los primeros setenta y cuyo eco llega hasta el presente en forma de intermitentes revivals y reivindicaciones incluso más allá de la música.
Todos apuntan a Marc Bolan y a su banda, los T-Rex (de Tyrannosaurus Rex) como el ideólogo de este tinglado. Como en toda revolución se trataba de una ruptura con el estado de cosas imperante en ese momento en el panorama musical (y la cultura urbana). Ante el auge del rock progresivo y el virtuosismo instrumental estos chicos reivindicaban la inmediatez, la espontaneidad, la teatralidad y la diversión en una vuelta a los orígenes del rock.
Escribían canciones cortas, de sonoridad musculosa y rotunda, con riffs de guitarra muy pegadizos. Se interesaban por la poesía romántica y simbolista, la literatura fantástica rollo Tolkien y las historias de otros mundos. Le daban mucha importancia a la imagen y a la puesta en escena. Usaban un vestuario extravagante, de vivos colores, con dorados y purpurinas. Se maquillaban y adoptaban una pose ambigua buscando la reacción en el público.
Desgraciadamente Marc Bolan murió pronto y fue Bowie, amigo y compañero de fatigas, quien tomó las riendas y desarrolló lo que Bolan había apuntado.
Bowie dotó al rock de una teatralidad, una profundidad y un discurso hasta entonces desconocidos. Creó su alter ego Ziggy Stardust, editó el álbum ya citado The Raise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars, uno de los discos más celebrados de la historia del rock (el primer disco conceptual del que tengo memoria) y nos divirtió con sus historias fantásticas y sus teatrales conciertos.
Nada volvió a ser lo mismo.

Sin duda, Bowie era el más indicado para encabezar esta revolución. Tenía un pasado ligado al teatro y la mímica. No en vano había sido discípulo de Lindsay Kemp. Lo que hizo llegado el momento fue aportar sus experiencias en ese terreno a la escena rockera. Su estilismo y sus espectáculos bebían en gran medida del vodevil y el espectáculo de variedades. Se rodeó de los mejores artistas (lo cual ha sido una constante a lo largo de su carrera). Supo orquestar en pos de la imaginería glam a maquilladores, diseñadores, fotógrafos y músicos de primera fila para crear todo un universo muy especial…

Hacemos una pausa y os pongo algún tema glamero. Veamos, podría pincharos Space Oddity… o In The Hit Of The Morning o tal vez All The Young Dudes… o There Is A Happy Land, When I Live My Dream, The Wild Eyed Boy From Freecloud, Unwashed And Somewhat Slightly Dazed, She Shook Me Cold, The Man Who Sold The World, Changes, The Width Of A Circle, Life On Mars, Oh! You Pretty Things, Five Years, Queen Bitch, Aladdin Sane, Quicksand, Moonage Daydream, Starman, Drive In Saturday, Lady Stardust, Cracked Actor, Ziggy Stardust, The Jean Genie, Han On To Yourself, Lady Grinning Soul, Suffragette city, Holy Holy, Rock’n Roll Suicide, Sweet Thing, Fame, Rebel Rebel, Young Americans, Station To Station, We Are The Dead, Word On A Wing, Rock’n’Roll With Me, Stay, Big Brother, Breaking Glass, Beauty And The Beast, Golden Years, What In The World, Heroes, Always Crashing In The Same car, The Secret Life Of Arabia, Be My Wife, Sound And Vision, It’s No Game, D.J., Ashes To Ashes, African Night Flight, Modern Love, Move On, Fashion, Teenage Wildlife, Blue Jean, Boys Keep Swingin, Let’s Dance, Dancing With The Big Boys, Look Back In Anger, Scream Like A Baby, Beat Of Your Drum, Because You’re Young, Zeroes, Yassassin, Without You, Glass Spider, Riccochet, `87 And Cry, Too Dizzy, Cat People, You’ve Been Around, Black Tie White Noise, Slow Burn, I’m Afraid Of Americans, Afraid, Little Wonder, The Pretty Things Are Going To Hell, Seven, Seven Years In Tibet, Survive, Something In The Air, Looking For Water, Never Get Old… o…



TIEMPO

El tiempo
Espera en las alas
Habla de cosas sin sentido
Su guión eres tú y yo, chico

El tiempo
Es rubio como una puta
Cae masturbándose al suelo
Su cliente eres tú y yo, chico

El tiempo
Con Quaaludes y vino tinto (1)
Pidiendo Muñecas Intensas
Y otros amigos míos
Tómate tu tiempo

El francotirador del cerebro
La alcantarilla regurgitante
Incestuoso y vano
Y muchos otros nombres
Miro mi reloj y son las 9,25
Y pienso “¡Dios mío! Aún estoy vivo”
Ya deberíamos estar conectados
Ya deberíamos estar conectados

No eres una víctima
Sólo gritas de aburrimiento
No eres tiempo desahuciado

Campanadas, maldita sea, estáis viejas
Os helaréis y cogeréis un resfriado
Porque olvidasteis vuestro abrigo
Tomaos vuestro tiempo

Acabar es duro
Pero seguir en la oscuridad es odioso
Yo tuve muchos sueños
Hice muchos progresos
Y tú, amor mío, fuiste amable
Pero el amor te dejó sin sueños
La puerta de los sueños estaba cerrada
Tu parque era verdadero, pero seco
Quizás sonrías ahora
Sonrías en esta oscuridad
Pero lo único que puedo darte
Es culpable por soñar
Ya deberíamos estar conectados
Ya deberíamos estar conectados
Ya deberíamos estar conectados

¡Tiempo!

(1) Quaaludes: Marca de píldoras tranquilizantes. Su mezcla con vino produce un gran pelotazo (NO PROBAR).



Hay varias películas que de un modo u otro hablan sobre lo que todo aquello supuso: El fantasma del paraíso, de Brian de Palma, Rocky Horror Picture Show, de Jim Sharman, Hedwig and the Angry Inch, de John Cameron Mitchell y algunas otras.
A mí, si me permitís, me gustaría recomendaros Velvet Goldmine (el título está sacado de una cara b de Bowie, un tema menor), de Todd Heynes, ese director tan interesante que estrenó el año pasado un personal homenaje a Dylan (I’m Not There) en el que Cate Blanchett (han leído bien) encarna al cantante durante parte de la película.
El derroche de imaginación y de fantasía están a la altura de lo que la película recrea.
La historia está seudo inspirada en las biografías de David Bowie e Iggy Pop durante esos años del glam. La protagonizan Jonathan Rhys Meyers y Ewan Mcgregor (Bowie y Pop respectivamente en dos de sus interpretaciones más espectaculares y curiosas) junto a Toni Collette y Christian Bale, entre otros.
Del vestuario y el maquillaje sólo apuntaré que son sencillamente espectaculares.
Y, por supuesto, la banda sonora es imprescindible. En ella está lo más granado del periodo glam (salvo Bowie, que no quiso saber nada del asunto vayan ustedes a saber por qué) con temas originales de la época y también composiciones nuevas hechas ex profeso.
Se formaron unas superbandas con gente como Mark Arm de Mudhoney; Ron Asheton de The Stooges; Thurston Moore y Steve Shelley de Sonic Youth; Mike Watt de Minutemen y Don Fleming de Gumball; Thom Yorke y Jon Greenwood de Radiohead; Andy McKay de Roxy Music; Bernard Butler de Suede o Paul Kimble de Grant Lee Buffalo, que tocaron como bandas de acompañamiento de los ficticios artistas de la película.



Hablar de la influencia de Bowie en la música y la estética actual y pretérita sería motivo de un artículo larguísimo que no me siento con fuerzas de abordar. Pero, es fácil deducir que bebieron de él, por poner algunos ejemplos, la estética punk (surgida inmediatamente después) y toda la música pop y rock de los setenta, la movida madrileña y el primer cine de Pedro Almodóvar, estilos posteriores como el olvidable glam metal o bandas más recientes como Suede o Placebo.
A veces tropezando con el rastro de Bowie en biografías de gente tan dispar como los Ramones o Nirvana tengo la deformada sensación de que Bowie y su estética glam lo ha salpicado todo y a todos. Una servidora cree ver la sombra de Bowie en todas partes.

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