miércoles, 29 de octubre de 2008

GRANDE BERTOLUCCI... ENORME MORRICONE

La primera impresión que me produjo Novecento fue de agotamiento: 300 minutos de cine, aunque sea una película repleta de momentos maravillosos, le deja a una agotada. Tras reflexionar sobre la película y recordar algunas de las muchas escenas y momentos estupendos, me ocurrió algo cuanto menos curioso. La escena que tenía grabada como si la hubiera visto en ese instante era la primera de la película, la de los títulos de crédito iniciales. La que había aparecido en pantalla hacía ya 300 minutos. Un plano fijo sobre los personajes de un cuadro (El cuarto estado de Giuseppe Pellizza da Volpedo) y la cámara que se aleja hasta mostrarnos la pintura completa mientras suena la música de Ennio Morricone. Han pasado los años y, aun habiendo visto la película varias veces más, hoy soy incapaz de recordar más de un par de escenas de Novecento, pero en cambio la música de Morricone aparece a menudo en mi memoria. Como me ha sucedido hoy.

martes, 28 de octubre de 2008

DÍA PERFECTO

Es un día perfecto.
Beber sangría en el parque y,
más tarde, cuando se hace oscuro, irnos a casa.
Es un día perfecto.
Dar de comer a los animales del zoo,
luego ver una película, y luego a casa.
Oh, es un día perfecto.
Me alegro de haberlo pasado contigo.
Oh, que día tan perfecto.
Estoy colgado por tí. Estoy colgado por tí.
Es un día perfecto, nadie hace caso de los problemas.
Pasar el fin de semana solos es tan divertido...
Es un día perfecto, me has hecho olvidarme de mí mismo.
Creí que era otra persona, una buena persona.
Uno recoge lo que ha sembrado.

lunes, 27 de octubre de 2008

LISBOA

Jonh Malcovich o mejor, Port, distinguía en El cielo protector entre turista y viajero. Decía que la diferencia estaba en que uno de los dos (véanla) no sabía, cuando salía de viaje, cuál sería la fecha de regreso.
Las sibilas no pagamos billetes de avión; ni tasas. No pagamos hoteles ni entradas a los museos. Por supuesto, el tiempo no nos dice nada. Para nosotras es una unidad insignificante, casi despreciable. Tampoco tenemos un jefe que nos espere ni unas facturas que pagar. En fin, que somos libres. Sobre todo porque nos gusta pensarlo así.
Es por ello que cuando viajamos lo hacemos hasta el final. Nos mezclamos entre la gente, nos perdemos por las calles, nos ensimismamos con la cal que se desconcha de las paredes y cuando el lugar de destino ya es tan familiar como nuestro hogar, regresamos al original y compartimos la experiencia.


sábado, 25 de octubre de 2008

LA SILLA DE GLENN GOULD

Entre millones de sillas eligió ésta. Glenn Gould, uno de los pianistas más geniales de la historia, interpretó todos sus conciertos y realizó sus grabaciones sentado en este inclasificable asiento. Posiblemente nadie volverá a tocar las variaciones Goldberg de Bach como él lo hizo, pero con toda seguridad ningún pianista volverá a utilizar una silla de tales características porque no resultaría más que un pobre imitador de Glenn Gould. Imitar a un genio sólo en sus excentricidades hace más grande al genio y más pobre al imitador. Gould, personaje excéntrico hasta lo impensable, dedicó toda su vida al piano y en particular a su adorado Juan Sebastián Bach. Sus problemas mentales, miedos e innumerables fobias convivieron con su música formando una personalidad difícil y contradictoria, pero también un músico inolvidable.
Las sibilas seguiremos escuchando otros magníficos intérpretes de Bach, pero siempre nos quedará una silla vacía.

martes, 21 de octubre de 2008

ENSERES DE BAÑO PARA HOTELES DE LUJO

Había que diseñar la marca y los envases para un conjunto de aseo de tres piezas (gel, champú y crema hidratante) destinado a hoteles de lujo. Todas dijimos: Puaaag.
El nombre de la marca sería Cristal: Puaaaaaaag.
En fin, nos pusimos manos a la obra.
La propuesta de M. era limpia y un tanto obvia, pero, como L. señaló, carente del lujo que en las premisas se nos exigía.
L. tenía razón. Era la que tenía las cosas más claras. Mientras que las demás estábamos aún desperezándonos del letargo estival, L. ya estaba completamente enchufada a la actividad creativa.
Finalmente escogimos la senda que L. había marcado tanto para el diseño del logo como para el de los envases.
En este momento estamos puliendo un poco entre todas sus diseños. La cosa podría ir por aquí…

domingo, 19 de octubre de 2008

EL PRIMER DÍA

De todos es sabido que cuando una sibila canta es porque está inmersa en su faceta más abnegada: la creativa. Nuestra faceta profética apenas nos ocupa. Es nuestra fértil actividad creadora la que llena nuestra existencia. La que amamos y disfrutamos; la que compartimos.
Tal vez no tenga mérito que alguna de nosotras haga cosas bellas de cuando en cuando, pues invertimos la mayoría de nuestro tiempo en el intento. Tampoco éste es el fin prioritario.
Cuanto más bello es el canto de una de nosotras, más entrega está poniendo en su dedicación. Si su trabajo va por buen camino su canto se embellece aún más y entonces todas las demás la arropamos y acompañamos con los nuestros y aprendemos mucho de ella. No somos ejemplo de nada ni lo pretendemos, sólo queremos compartir la trastienda de nuestra actividad más querida.
Siempre nos ha fascinado el camino hacia la creación de algo. Sus meandros, sus paradas, sus cambios de sentido. Este camino en muchas ocasiones nos interesa más que la propia obra terminada. Así es que a diario nos proponemos pequeños problemas y luego tratamos de resolverlos haciendo una puesta en común de las preguntas y respuestas que nos surgen entre tanto. Si a nosotras nos ayuda, tal vez pueda ayudar a otra gente.

Del mismo modo las propuestas, ayudas o comentarios de terceros son siembre recibidos con gran emoción.


La sibila Von Otter